Hay un dicho muy arraigado que nos dice que en el pedir está el dar, y para alguien que se dedica a las Relaciones Públicas, esto es una verdad más que comprobada. Esto tiene que ver con nuestra actitud y conducta al momento de hacer una petición o solicitud. De manera empírica, la sabiduría popular nos habla sobre la importancia de la Asertividad.
La Asertividad puede ser entendida como la habilidad de expresar adecuadamente nuestros sentimientos, pensamientos y opiniones, sin perder de vista nuestros derechos ni de los demás; es decir, parte de la premisa del respeto a las demás personas y a nosotros mismos en el momento de expresarnos.
Una de las definiciones de Asertividad que me parecen más completas es la de Riso (citado por Naranjo, 2008) que nos dice que es: “Aquella conducta que permite a la persona expresar adecuadamente oposición o afecto, de acuerdo con sus intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta.”
Y es que justo la clave, como ya se mencionó, es el cuidado de los derechos propios y de los demás. En ese sentido la asertividad es una conducta y no una característica de la personalidad, es decir, se aprende y se desarrolla como habilidad, más no se nace con ella. De ahí que nos podamos encontrar con personas sumamente asertivas y otras sin un ápice de ella.
Las personas asertivas son seguras de sí mismas, tienen una comunicación fluida y se expresan con seguridad, tienen una autoestima alta, son respetuosas del otro, equilibradas, son muy sinceras y honestas, y lo más importante, tienen la capacidad de reconocer sus necesidades y expresarlas adecuadamente, y por lo tanto, son conscientes de que los otros también tienen el mismo derecho a expresar lo que necesitan.
De esta forma, nos damos cuenta que las conductas pasivas, que parten de la resignación y la falta de valor; o las agresivas, que parten del dominio y la anulación del otro, son totalmente opuestas a la persona asertiva.
Nos damos cuenta también, que la asertividad está directamente relacionada con la capacidad de razonamiento, implica usar el lenguaje, el sentido común y la negociación para llegar a acuerdos en situaciones de conflicto.
Por lo tanto, una persona asertiva es una persona que se sabe comunicar, que puede defender lo que piensa y lo que siente, pero que con la misma intención puede escuchar y ponerle atención al otro. Que sabe llegar a acuerdos y compromisos, aun si los intereses son opuestos.
Entonces, para ser buenos Publirrelacionistas, la asertividad es una habilidad que no podemos dejar pasar. Expresando adecuadamente nuestras necesidades pero también escuchando a nuestros públicos y tratando de cumplir sus expectativas es como alcanzaremos nuestros objetivos y los de la organización.
Referencia
- Naranjo Pereira, María Luisa; (2008). Relaciones interpersonales adecuadas mediante una comunicación y conducta asertivas. Revista Electrónica «Actualidades Investigativas en Educación», enero-abril, 1-27.
Gracias. Lo comparto
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